Subordinada es el microrrelato que fue expuesto en Torrejón de Ardoz durante la semana de la mujer gracias a Atrio.
Vamos a volar juntas
Me encontró muerta en mi puesto de trabajo, aunque el corazón seguía latiendo y mi compañero no le dio demasiada importancia. Yo acababa de salir de una reunión a solas con el jefe, en su despacho, y aún me temblaban las piernas.
Él siempre había hecho comentarios sobre mí, sin ningún tipo de gracia a pesar de la risa de los demás. También me controlaba, cambiaba mis horarios y mostraba su poder, silenciándome en cada oportunidad que tenía.
Esta vez, mientras exponía los resultados del mes, se levantó y se acercó a mí. Noté que me empezaba a ahogar, el aire llegaba con dificultad a los pulmones y la presión en el pecho era insoportable. Sus manos no asfixiaban mi cuello, pero si habían comenzado a recorrer mi cuerpo. Con dificultad, conseguí pedirle que parase, aunque las palabras no surtieron efecto y salí corriendo de allí mientras escuchaba: «no vayas ahora de mojigata, si eres una guarra provocando con ese escote».
A la mañana siguiente, me puse un jersey de cuello alto y pensé en dimitir, pero necesitaba el dinero. Con cuarenta años no encontraría fácilmente otra oportunidad; aun así, decidí mandar mi currículum a decenas de empresas.
Hice varias entrevistas, pero me descartaron por ser madre de dos hijos pequeños, por no dar el perfil o por tener demasiada experiencia. Frases cordiales para hacerme entender que mi cara reflejaba el paso del tiempo.
Finalmente detuve la búsqueda y continué en el trabajo a duras penas, aguantando ofensas y vejaciones, hasta que un día conseguí librarme. Las miradas dejaron de centrarse en mí, pero no fue una cuestión de suerte, sino de machismo. La secretaria recién llegada se convirtió en la nueva víctima, en mi salvadora, pero ¿a qué precio?

El texto formó parte de la obra: Vamos a volar juntas, organizada por Atrio, junto con otros textos, cuadros, fotografías, bailes…
Puedes ver las fotos de la exposición haciendo clic aquí
Si te ha gustado este microrrelato, te invito a leer Libertad inconsciente.