Pico y Pata descubren la verdad de la Navidad

Historia de la granja -cuentos infantiles

Historia de la granja es una antología de cuentos infantiles escrita por los alumnos de escritura creativa de Torrejón de Ardoz durante 2024-2025. Gracias a la Asociación Ada Byron por el taller, a nuestra profesora M. ª Del Pilar Alonso de Pedro y a la Concejalía de Cultura.

Pico y Pata descubren la verdad de la Navidad -Diego García Fernández

Pico y Pata descubren la verdad de la Navidad fue mi contribución a la antología y trata sobre el Día de Reyes, la familia y los bulos. Los ingresos generados por el cuento serán donados a una buena causa. Espero que te guste.

 

—¡Mamáááááááááááá! —gritó Pico, el menor de la familia Pato, despertando a todo el gallinero —. ¿Puedes venir? No puedo dormir —dijo antes de un gran ruido.

Mamá Pato salió volando del nido y se encontró a su pequeño en el suelo.

—¿Qué te ha pasado, Pico? ¿Estás bien? —le preguntó mientras le ayudaba a levantarse.

—Sí, mamá. He tenido varias pesadillas esta noche y me he caído del susto.

—Debes tener más cuidado porque estás todo el día dándote golpes y al final te harás daño. Ahora vuélvete a dormir que es muy pronto.

—Es que no quiero que llegue mañana ni que empiece la Navidad.

Las palabras de Pico no tardaron en despertar a su hermana.

—Yo tampoco quiero celebrar ni Nochebuena ni Año Nuevo —añadió Pata.

—¿Por qué decís eso? —preguntó Mamá Pato sorprendida.

—Porque siempre terminamos asustados y llorando por el ruido que hacen esas luces del cielo —respondió Pata.

—Esas malditas cosas se llaman petardos, Pata. Y sí, son lo peor —concluyó Pico enfadado.

Mamá Pato sabía el miedo que causaban esos objetos a todos los animales de la granja y trató de calmarles. También les propuso fabricar unos tapones con paja para proteger sus oídos y aunque aceptaron, volvieron a protestar.

—Tampoco nos gustan estas fechas porque la casa se queda vacía y los amos se van más de una semana —refunfuñó Pico.

—Estas fechas son para pasar tiempo con la familia, hijo. Por eso viajan unos días.

—Por mí como si se van para siempre —gritó Pata despertando a los únicos polluelos que seguían durmiendo.

—No digas eso nunca más —le regañó Papá Pato. Los amos nos tratan siempre muy bien y tenemos que respetarles.

—A nosotros tal vez, pero seguro que el Cerdito Comilón y su familia no dicen lo mismo el día de Navidad —respondió Pata con retintín.

—Pero ¿qué tontería es esa? —preguntó Mamá Pato.

—El Gato Misi nos contó que había escuchado al Asno Perico y al Perro Vigía hablando sobre una conversación que habían tenido los dueños. Misi nos aseguró que el Cerdito Comilón será el menú de Navidad y yo no quiero que se lo coman.

Los hermanos empezaron a llorar desconsolados, aunque sus padres no tardaron en tranquilizarles. Entre los dos les explicaron que las noticias y la información se podía ir perdiendo de boca en boca, hasta que el mensaje final fuese solo un rumor.

Papá Pato les aclaró también que los dueños utilizaban la granja para enseñar a todos los niños de la zona cómo era cada animal, la mejor forma para cuidarles y les dejó claro que nunca harían daño a nadie. Pata se sintió más segura y se animó al saber que podría jugar siempre con el Cerdito Comilón, pero Pico seguía algo preocupado.

—Creo que lo entiendo, pero… Ayer oí también que el nieto de nuestros amos no volverá a jugar con nosotros después del Día de Reyes. Lo escuché cuando corría entre Lucerito y Cascabel. ¿Eso también es un rumor?

—Eso parece, hijo. ¿Por qué dejarían de jugar con nosotros? ¿Escuchaste algo más?

—Dijeron algo de una tableta y de obnubilarse con las pantallas o algo así, aunque no sé qué significa nada de eso.

—Me imagino que las ovejas estarían hablando de la carta de los Reyes Magos. Los niños pequeños ahora se piden una especie de móviles grandes para jugar, ver vídeos y salen menos a la calle. Las ovejas estarían hablando de eso.

—Entonces, ¿es verdad papá?

—Estaban exagerando, cariño. Eso que escuchaste tampoco es cierto —concluyó Papá Pato.

—La Navidad no es tan mala como pensáis, hijos. Además, hoy habéis aprendido otra cosa muy importante: no tenemos que creernos todo lo que escuchamos porque mucha información puede no ser cierta —recordó Mamá Pato.

—Tenéis que ser los investigadores Pico y Pata, descubrir la verdad en cada historia y no compartir con los demás cosas falsas. Y ahora, a dormir —ordenó Papá Pato.

Pico y Pata sonrieron, cerraron los ojos y empezaron a soñar con todo lo que podrían hacer durante la Navidad.

Moraleja: busca tú mismo la verdad y no creas todo lo que escuchas.

@diego_garcia_fernandez_

Pico y Pata descubren la verdad de la Navidad

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Diego Garcia Fernandez

Escritor de Madrid, Torrejón de Ardoz, apasionado por los microrrelatos, relatos cortos, cuentos, poemas y novelas.

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